No tenía mas de cuatro o cinco años. Llegamos a Mar del Plata por la noche, había en la plaza un enorme pino lleno de guirnaldas de colores. Se veían edificios altos con sus balcones iluminados; algunas personas se asomaban a sus barandas.
Estacionamos en la puerta del departamento, que quedaba en el centro de la ciudad.
Subimos por el ascensor, lo que para mi era una novedad, ya que solo lo había hecho en edificios públicos que eran mas grandes. Al llegar a la puerta de entrada con mi padre y mi madre escucho:
¡Este será nuestro lugar para pasar las vacaciones!
Cuando ingresamos siento el olor a muebles nuevos, veo una gran alfombra; el sonido de la heladera. Me acuesto a dormir en un diván cama, lo que para mi era toda una novedad, por el balcón entran infinidad de ruidos de automóviles, que frenan de golpe y aceleran.
En la mañana siguiente me despierta el voceo de un verdulero, que tenía un puesto de madera anaranjado en la calle. Salimos a hacer las compras.
Subimos al auto, un Dodge negro, para dirigirnos hacia la playa. Tomamos la avenida Colón, era una cuesta arriba, que podía llevarnos hasta el cielo, que se veía, celeste impecable con algunas nubes asemejando bollos de algodón. A nuestros lados había muchísimos departamentos de todos colores, que me parecía salían de la tierra como los álamos, en los baldíos, cantidades de obreros, como hormigas, construían nuevos edificios.
Llegamos a la playa, mi padre me toma de la mano, y me dice:
¡Tonito, vamos al mar!
Así lo hicimos. De frente a una inmensidad entre azul y verdosa, con lineas blancas de espuma muy cerca nuestro; nosotros parados sobre la arena donde termina la resaca y el agua ni siquiera tapa nuestros pies.
Mi padre me dice:
¡Querés ver como se mueve el mundo!
Señala la nubes, veo desplazarlas, muy rápido.
¡Pero yo estaba parado!
Luego señala mis pies.
¡Mirá vos estás en el mismo lugar, pero la arena se corre alrededor tuyo!
Muy sorprendido, creí que me habían mostrado un gran descubrimiento.
Después de ésto me lleva en brazos y nos sumergimos en las olas.
Esta experiencia me llevó a conocer cosas inconmensurables como: el mar, el horizonte, el cielo,
a preguntarme ¿Cómo es que se mantienen en pié esos edificios?, ¿Cómo existen lugares tan distintos a los que yo vivía?
Las respuestas las tuve luego de transcurridos muchos años en mi vida.
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